Hablando en sentido figurado hay tempestades que se levantan en nuestras vidas que ciertamente nos ponen a prueba, para hacernos entender que nuestra ayuda depende de Dios, y sobre todo, nuestro Creador demostrarnos su poder y majestad.
Hay tempestades que son provocadas por el mundo de las tinieblas que tienen como propósito desalentarte, desanimarte y hacerte dudar, pero hay tempestades que son provocadas por el mismo Dios, para mostrar su poder y majestad. Para empujarte a clamar por su ayuda y probar tu fe.
Permítame decirle amado lector que la frase "Pasemos al otro lado", dicha por Jesús al inicio de este pasaje bíblico (Marcos 4;35), no sólo denota traslado físico en una embarcación, también denota pasar a un nivel espiritual mayor; y para pasar a un nivel espiritual mayor, se necesita una prueba que signifique un desafío para tu fe, la cuál ante nuestra incapacidad de superación, la mano del Altísimo interviene para demostrar su poder indubitable; y dejarnos atónitos.
Estoy convencido que ésta tempestad que se levantó en el Mar de Galilea, no fue provocada por el enemigo, sino el mismo Dios, al cuál los vientos le obedecen, levantó éste mal tiempo para probar la fe de los discípulos y además demostrar que Jesucristo portaba el poder para hacer callar al bravo mar.
Así mismo pasa en nuestra vida como cristianos. En ocasiones Dios provoca situaciones para darle paso a un milagro que nos convenza de su soberanía, majestad y poder, haciéndonos pasar a un nivel de fe mayor.
La Paz de Dios sea con usted
Comentários