Nuestro subconsciente es un mundo inmaterial que es muy dañino en nuestro mundo material, cuando en éste a menudo se activan recuerdos de dolor frustración o maltrato.
Hay una fluctuación en nuestro cerebro, entre las experiencias que nos han dado alegría o felicidad y los momentos que nos han dado tristeza o infelicidad. Esta fluctuación da al traste de una bipolaridad que te va consumiendo lentamente; corriendo el riesgo de que predomine el polo de la tristeza, frustración y sensación de derrota.
Te informo -si no lo sabías- que los espíritus ministradores de maldad tienen la capacidad de activar y traer esos recuerdos negativos a tu memoria para influir en tu estado de ánimo e incitarte a que te refugies en lo que tu entiendes que podría contrarrestar el estado emocional en el cual estás inmerso. ¡Oye, hasta en tus sueños te influyen!
Del otro lado están los espíritus ministradores de bondad, que te ministran a través de los momentos en los cuales has sido feliz, alegre, incluso el momento en el que Dios te eligió. ¡Si justo ese momento te traen a tu memoria!
Es de muy agradable satisfacción recordar ese momento que escuchaste esa voz que te llamó y te escogió para cumplir sus propósitos, ya sea audible o en tu interior. Quizá fue en el campo estando con tu abuelo, quizá fue durmiendo en tu sueños.
Cualquiera que haya sido la forma, recuerda que tu has sido elegido o elegida para cumplir cosas grandes en éste mundo y presenciar cosas extraordinarias en el mundo venidero; y aunque el maligno quiera definir tu presente y futuro por un pasado oscuro, la luz de aquel amor que te llamó y te escogió te alumbrará hasta el fin de tus días.
¡Shalom!
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