Anoche, antes de dormir... soñaba despierta con tomar un café viendo el amanecer. ¿Y saben que? Le pedí eso a Dios.
Hoy pude disfrutar de esa bendición. Y lo más interesante es, que las fotos no hacen honor a la belleza que mis ojos pudieron ver, ahí entendí que ese regalo era para mi, Dios me regalaba eso que le pedí anoche, y ahí... solté el celular, y empecé a tomar mi café viendo el amanecer, mientras mis labios no dejaban de adorarle junto a las aves que volaban y contaban al creador. ¡Que privilegio!
Dios es tan hermoso, soberano, tierno, amoroso y sobrenatural. Te invito a que le conozcas, es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Ohh gloria mi le. ¡Que bendición!