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  • Foto del escritorLuis Linares

Dependiendo de Dios; confíando en su palabra.

Actualizado: 7 dic 2020

La palabra de Dios nos relata en el evangelio del apóstol Juan en su capítulo 21; que Jesús se les apareció a Pedro, Juan y a otros discípulos que habían ido de pesca para sustentarse. Pero habiéndose pasado la noche entera en el mar no pudieron pescar nada. Más Jesús cuando se les apareció luego de haberles pedido de comer; les dijo: echad la red a la derecha y cuando obedecieron a su palabra, la red se llenó de peces que no podían con ella.


Luego al salir a tierra encontraron un pez encima de una brasa y un pan, ya listos para comer. Nótese que este pez NO era de los peces que habían venido a la red por la palabra de Jesús; sino que apareció ahí por un milagro del Maestro. Jesús hizo esto porque los discípulos principalmente Pedro, se habían desenfocado de la tarea que Jesús les había dejado, que era predicar el evangelio, teniendo preocupación por lo que habían de comer o vestir. Tuvieron que comer de un pez y de un pan que no vino de sus manos, ni que ellos lo proveyeron, sino que Jesús se los proveyó.


De igual forma nos pasa o nos podría estar pasando a nosotros. Debido a los afanes de este mundo, la preocupación y la turbación, nos desenfocamos de la tarea que El Maestro nos dejó cuando nos llamó.

Aprendamos a depender de Dios. Vivamos quieta y confiadamente. Acerquemos o al trono de la gracia, no importando la circunstancia que nos toque vivir.

Cuando pasamos por un tiempo de escasez, es cuando podemos notar mucho más el milagro de Dios, porque en ese tiempo nuestra confianza, vista y sentidos, están puestos en el qué TODO lo puede, en el que TODO lo provee.


No hay mayor gozo que ver la provisión y el milagro de Dios hacerse realidad en nuestra vida.

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1 Comment


franciscof2015
Apr 05, 2019

En ala tierra se hacen cosas del cielo y cosas del infierno. Bueno le es al hombre sopesar sus acciones. Mateo 21:25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?

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