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Foto del escritorLuis Linares

Actualizado: 26 ene 2021


¿Cuántas veces hemos sentido esa sensación de fracaso, frustración y desmotivación que nos hace retroceder o abandonar lo que nos apasiona y nos hace sentir vivos?


Quizá algunas personas han atravesado por éstos tres estados, más que otras, pero creo que todos hemos pasado por estas situaciones. Con deseos de abandonar el mundo y no seguir luchando, con intenciones de abandonar un sueño, con acciones que atenúan la llama que una vez encendió el que te creó, te escogió y te ungió.


En el evangelio de Juan en su capitulo 21 se nos relata un episodio en el cual Jesús se les aparece a los discípulos, los cuales habían abandonado y olvidado la encomienda que les había dejado Jesús. Esta consistía en predicar el evangelio y hacer discípulos; y además poner en practica todo lo aprendido con el Maestro Jesús, poner a funcionar los dones y ser útiles para el reino de Dios. Jesús se les apareció para animarlos a retomar el camino correcto, demostrándoles que El era el sustento de sus vidas. Todos influenciados por Pedro que era el líder, volvieron a la actividad pesquera olvidando el milagro de alimentación a los 5,000, la pesca milagrosa, el milagro de conversión del agua a vino, y otros milagros de provisión. ¡No pescaron nada durante toda la noche! hasta que Jesús dio la orden a los peces venir a su red, y para ser exacto en la cantidad eran 153 peces, de modo que no podían con ella. Pero Cito este pasaje porque en muchas ocasiones pasa lo mismo con nosotros en cualquier plano de la vida. Podría ser en el plano secular o en el plano espiritual que sintamos esa desmotivación que nos neutraliza, nos desenfoca y nos hace retroceder.


Lo maravilloso del que nos escogió y nos ungió es que aunque pasemos por estos momentos de desanimo y abandono, El nos alienta, da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas a aquel que no tiene ninguna.


Hoy te invito a clamar a aquel que dice en su palabra en Jeremías 33, ¨clama a mi y te responder y te mostraré cosas ocultas que tu no conoces¨


Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales;

18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

19 Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar. d Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas.

Habacuc 3:17-19


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Foto del escritorLeticia R. Pavón

¿En algún momento le has pedido a Dios en oración: Padre ordena mi vida, mis pasos, mi entorno? Y cuando Dios empieza a ordenar, entonces nos sentimos turbados.


Realmente a veces pedimos y cuando recibimos su respuesta (no como quisiéramos) reaccionamos con asombro, tristeza y dudas.


Esto nos enseña que Dios sí escucha, responde y actúa en su perfecta voluntad. Aún cuando no puedas entenderlo.


La fórmula de Dios es: primero traer orden; en segundo lugar, Dios llena; luego, bendice; y, entonces, multiplica.


A veces duele cuando somos movidos a su propósito, pero Dios tiene el control aun en medio de la confusión, aún en la tristeza.

Deja que sea Él quien guíe tu vida, y en aquellos momentos que llamados “difíciles”, Dios en su soberanía ordenará cada paso, para que su propósito se cumpla en ti.

Recuerda lo que dice en Salmos‬ ‭37:5‬ ‭

“Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en Él; y Él hará.”

‭‭

La próxima vez que pidas a Dios que ordene tu vida, prepárate a ser movido, a ver romper esquemas, a que tu mundo de un giro inesperado. Aunque sea fuerte el proceso, sabes que cada cambio es para que su propósito se cumpla en tu vida.


Te invito a que a partir de hoy, camines de mano a la voluntad perfecta de Dios, y si algo en el proceso te preocupa, solo agárrate mas fuerte de Dios y verás su gloria en tu vida.


Recuerda: todo obra para bien. 😊



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Foto del escritorLuis Linares

Actualizado: 28 ene 2021

Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites. Salmo 8:4


Creo que no hay mejor verso para iniciar un escrito y reconocer la gracia y la bondad del Creador del universo. En realidad somos como hojarasca que arrebata el viento; nuestra vida solo tiene significado en las manos de nuestro Señor y Salvador Jesucristo el cual "no escatimó ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se humilló hasta lo sumo, sufriendo muerte y muerte de cruz" Apóstol Pablo.

¿Merecíamos que el hijo de Dios pasara por tal sufrimiento y humillación? Aunque la respuesta pudiera parecer muy obvia, me lleva a reflexionar como dice el Salmo 8: ¿Que es el el hombre para que te acuerdes de él?

Por consiguiente agradezcamos al único y sabio Dios, al Rey supremo e inmortal, por considerar que tenemos valor aúnque él es santo y nosotros pecadores, aunque el es bueno y nosotros malos y aunque el es alto y nosotros bajos.

Todos los días agradezco a mi padre celestial que me tuvo por digno para escogerme como su hijo, aun sabiendo mis debilidades y flaquezas; y es por ello que digo:

Solo tu amor es suficiente para mi.

Mi corazón solo depende de ti.

Mi corazón te pertenece solo a ti.

Señor te quiero bendecir.




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